Desde niña he sido peligrosa con una brocha en la mano. Que se lo pregunten a mis hermanas, un día decoré una sábana blanca con esmalte rojo de uñas...El almohadón estaba bordado en ese color y la sábana no tenía nada, había que arreglarlo... Sigo con brochas y pinceles de todos los tamaños, intentando hacer de mi mundo un lugar un poco más bello. En este blog también encontraréis algunas de mis costuras y bastantes cosas recicladas, campo en el que no paro de investigar.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Un paragüero nuevo




Se había roto el que tenía; era de cerámica, y supongo que a veces el paraguas se deja caer con demasiada fuerza. La cosa es que un día me dí cuenta de que el fondo se había desprendido, y el borde además estaba descascarillado.

Necesitaba un paragüero nuevo, bonito y además barato, así que empecé a maquinar.

Un día mirando una garrafa de agua grandota se me encendió la bombilla: podía ser un paragüero; problemas: pesaba poco y estéticamente no era muy fashion.

El tema del peso lo solucioné poniendo unas piedras dentro, faltaba la cuestión estética. Se podía forrar con una tela, pegada o cosida, o una combinación de pegado y cosido. O un plástico bonito que ya no sirviera. Incluso pensé en un paraguas viejo, de esos que se escacharran un día de lluvia, y la idea me pareció redonda, pero no encontré ninguno bonito.

Buscando una maleta en casa, me encontré una bolsa de la compra plegable muy antigua, pero que nunca había usado. El exterior era una especie de tela medio plástica y el interior era puro plástico, así que quedó adjudicada: cuadros escoceses.

Medí y vi que me daba de sobra. Reservé una tira larga para el lateral y corté el círculo para la base; hilvané ambas cosas y le hice la "prueba" a la garrafa: el traje nuevo le sentaba de maravilla. Lo cosí a la máquina y doblé el borde de arriba hacia adentro; entonces surgió otro problema, no tenía cinta americana para rematar la obra, ni la cinta de carrocero ni la de embalar me servían, así que dí unas vueltas y pensé.

Tenía cinta americana, así que eso es lo que usé. Medí y corté y pegué la tela al plástico ( primero la había encolado y sujetado con pinzas de la ropa) . Cubrí la cara de fuera de la cinta con una cinta de tela que tenía, metí las piedras dentro y listo.

Todo lo tenía en casa y no usaba, apenas gasté un poco de cola y un trozo de cinta americana.

Os animo a probar cuando necesitéis un paragüero nuevo, o cualquier otra cosa; antes de ir a la tienda, preguntaros si lo podéis hacer y con qué. Es muy gratificante, reciclamos y tenemos un objeto útil hecho con nuestras manos y nuestra imaginación.